Él, él, él...

domingo, 2 de octubre de 2011

Tonta.

Se acabó. Tenía que pasar. Y pasó. Me duele mucho. Siento que mi corazón se rompe en mil pedazos. Que mi mundo se destruye poco a poco. Que ya no soy la misma. Lloro en soledad. No me gusta que me vean así. Yo soy fuerte. Mas fuerte de lo que piensa la gente. Pero también soy idiota. Una idiota que le ama con todas sus fuerzas. Una idiota que lo perdona todo. Que olvida el daño que esa persona le hace, y le sigue queriendo. 
Aveces pienso que ya le he olvidado. Pero con una sola mirada suya, con una sola sonrisa... los sentimientos me invaden, mi corazón se acelera y el amor vuelve. 
Sé que tengo que aprender a vivir sin él. Pero es que por mucho que lo intente, yo me siento feliz solo con verle, solo con saber que él está bien. Sí, lloro desconsoladamente por las noches. Sí, lo daría todo por estar con él. Pero sé que ya es imposible. Sé que él pertenece a otra persona. Y quiero que él sea feliz. 
Es que él es una de esas personas que te cambian la vida. Y él cambió la mía. Antes de conocerle, yo no sabía lo que era amar de verdad, lo que era sentirse a 3 metros sobre el cielo. No sabía que es lo que se siente cuando te susurran al oído que te aman, no sabía que es lo que se siente cuando te hacen callar con un beso. No sabía lo que era amor. 
Ahora lo sé. Sé perfectamente lo que es amor. Sé que es un sentimiento increíble, que cuando estás con la persona a la que amas te sientes bien, sientes mariposas en el estómago, sientes que quieres pasar el resto de tu vida con esa persona. Pero también sé que duele. Que cuando no  tienes a esa persona a tu lado, te ahogas en tus propias lágrimas, que ya no quieres vivir, que la vida ya no tiene sentido para ti. Y eso es lo que siento yo. 
No quiero decir que no tengo una razón para vivir. Sí tengo. Tengo a mis padres, a mis amigos, a las personas que me apoyan y me quieren de verdad. Pero siento que me falta una parte de mi corazón. Siento que sin él la vida es de color gris, que ya no sonrío con tanta sinceridad. Que ya no tengo lágrimas para llorar. 
Es que el amor hace que veas las cosas de otra manera, que todo te parezca mas bonito. Y cuando por fin te quitas esas vendas, entiendes que no es así, y duele aun mas. 
Me di cuenta de que he sido y soy una tonta que le ama. Que dejó su corazón con él. 

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